La RAE dice sobre un ermitaño: 1 Persona que vive sola en una ermita en donde se dedica a la oración y al cuidado del lugar. eremita. 2 Persona que vive sola en un lugar deshabitado, especialmente si se dedica a la oración. eremita. — adj./s. m. y f. 3 Se aplica a la persona que vive en soledad sin mantener contacto con los demás. No me dedico a la oración, supongo que debe de haber algo mas, después de este paso, sino es así y estoy equivocado, entonces solo me resta añadir, "qué el cielo y el infierno, es una misma cosa y están juntas en el mismo lugar, aquí, en la tierra y ahora", no pretendo hablar de política o escribir sobre ella, ni tampoco pretendo que este sea un espacio sobre un diario, solo quiero expresarme, contar lo que siento, sin necesidad de hacerlo frente a alguien, cómo si hablara conmigo mismo. Las personas son ellas y sus circunstancias, están son las mías, no soy filosofo, ni tampoco poseo una carrera universitaria, soy del pueblo llano, uno mas que un día fue aventurero, soñador y algo bohemio, creí en la gente, ahora no creo en nadie, pretendo que esto sea algo parecido a un libro, no se si cuando me canse de escribir para mi, volveré a hacerlo, es difícil sin ser universitario, periodista o experto en la materia el tener acceso a publicar algo, cómo esto es así y desconozco como se debe de hacer, lo realizo por este medio, si alguien al leerlo no recibe contestación alguna, qué no lo tome como una falta de respeto, no es mi intención, la puerta queda abierta para quien desee pasar y leer un libro, sobre una de tantas vidas reales, que decide por circunstancias convertirse en EL ERMITAÑO. Un saludo.

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La postal que no puede faltar.Son 7 fotos unidas en Photoshop. El autor Manuel Pozo Coronado

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viernes, 28 de enero de 2011

capitulo 3º (pagina XXXIII)

Sigo aquí, al lado de este viejo ordenador, sigue lloviendo, desde mi ventana observo como los arboles bailan al son del viento, no son días para salir al monte e intentar evadirme de esta inmunda monotonía que me deja ausente de este mundo, del cual ya poco queda que me pueda interesar, aun así, intento seguir sobreviviendo a esta cruel locura, qué a veces es la soledad, hoy cumple años mi hija, a la cual llevo tiempo sin ver, por la lejanía, los medios económicos y porque ella tampoco hace para estar a mi lado, ya es mayor de edad, puede hacer con su vida lo que le plazca, no soy quién para decirle lo contrario, pero bien es cierto, aunque ella lo niegue mil veces, que su madre ya procura de que esto sea así.

Aun pienso y sueño con ella, cuando de pequeña, me hacia las trastadas de una cría de corta edad, y me enojaba, después a escondidas me reía de sus proezas, no sé que hice mal, ni tan siquiera en estos momentos si fui un buen padre, aun así, sigo luchando por ella y por su hermano, supongo que son las dos únicas razones que hoy me siguen manteniendo en pie, o tal vez, exista una tercera, la cual me ha devuelto un poco de cordura en este infierno que es la vida, Virginia, esa belleza que aun a pesar de saber mi vida, sigue dándome sorpresas cuando menos espero que se produzcan.

Los recuerdos de mis hijos me invaden la mente y el alma, me dejan absorto, sin pensamientos, solo imágenes de días pasados y de una felicidad que perdí y la cual tal vez nunca vuelva a encontrar, se dice que no es el primero ni será el ultimo a quien le suceden estas cosas, a los que los hijos en vez de estar al margen de los errores que los padres cometen, sé involucran siempre al lado de uno de ellos y sobre todo se posicionan al lado de la madre, tal vez, pueda ser porque interpuse mi vida profesional a la familiar y eso quito parte de esa confianza que tal vez los hijos deberían de tener en un padre, realmente no lo sé, no sé si falle o simplemente me deje llevar en la creencia de que todo iba de lujo, creo que me equivoque, y te das cuenta de ese error cuando hayas al amor de tu vida con otra persona, en ese momento, no sabes si suicidarte, acabar con ellos, reírte o llorar, lo que sí es cierto es que no hice nada, solo espere a que el pájaro estuviera solo, fuera, sin nadie delante, fue el momento oportuno de hablar con el de hombre a hombre, como se hace en mi tierra, lo cual me demostró que era un maricon de playa, alguien que se llame hombre al menos se hubiera defendido, este ni tan siquiera hizo un amago por hacerlo, solo hacia cubrirse, en el suelo y por estos mierdas las mujeres cambian a un hombre?, es algo que aun hoy, me sigue revolviendo el estomago.

Estoy aquí, mi botella de dragados y construcciones, mi vaso, mi winston encendido, escuchando la lluvia cantar en la ventana, el palmeo al son de esa música de las gotas que caen en el cristal, el baile de las copas de los arboles al sonido de la misma, mi buen amigo que nunca me deja y mi soledad, demasiada paz buscada por mí, demasiada soledad en un hombre que siempre fue de acción, pero hoy, la gente y el mundo no me aporta nada, que no sea indiferencia, sobre todo cuando la dignidad se vende tan barata y otras veces tan cara, necesito un sorbo de este liquido amarillo fabricado en tierras asturianas antes de seguir pudriéndome por dentro con estos recuerdos que me invaden la mente y el alma.

Por dios que no busque esto, me hicieron coger este camino y en él, se cruza esta belleza, que con su juventud y por voluntad propia, me alegra cada día cuando entre el marco de la puerta de entrada aparece su imagen, su sonrisa, sus ojos y su olor que llena de fragancia esta casa, inundada de tabaco y en muchas veces de alcohol barato, por eso, en muchas ocasiones siempre me pregunto qué hace aquí y que ha visto en mi, sin dejar de pensar en estos veinte años de mas que le saco a ella, y en demasiadas noches, aun estando postrado a su lado o sentado en esta silla, con la luz de este viejo aparato pedirle a dios, si es que existe, que me otorgue el poder elegir tener veinte años menos y el no perder la sabiduría en las maldades y bondades que este mundo y sus gentes me han dejado de herencia, y sobre todo, poder amar y amarla, como ella se merece, ya que esto hoy jamás podre recuperarlo, se vendió, aquel día muy caro.

miércoles, 26 de enero de 2011

capitulo 3º (pagina XXXII)

Chasque la radio del vehículo, el tano me avisa de que me llaman por radio.- aquí tango 23 ¡ respondo, es el maño, me ordena de embarcar al personal, iniciamos movimiento en dos minutos, otra vez a la carretera, ahora ya de vacío, debemos de salir de este infierno.

Ordeno a mi gente de embarcar, a la carrera, guardo esta vieja foto de mi familia en mi bolsillo, al lado del corazón, de mi corazón, donde siempre va conmigo, mi mente empieza nuevamente a discernir la manera de salir de aquí sin bajas, después de esto no se qué narices haremos, ni cuál es la siguiente misión, supongo que será de momento, llevar el convoy de vuelta a SPLIT o como muy cerca a Dracevor y que otros se encarguen de su escolta hacia zona segura, a retaguardia, me pongo en mi sitio, otra vez en cabeza de columna, como siempre, doy un último vistazo a mis lados para comprobar que esta todo en orden, la población musulmana nos despide entre sollozos y agradecimiento, diviso a la madre que viene corriendo hacia mi posición, el motor del vehículo ruge en espera de su movimiento, de iniciar el caminar lento de estas quince toneladas de hierro en bruto, pintada de color blanco, con el tiempo justo antes de salir me hace que medio cuerpo se descuelgue por el exterior derecho del vehículo, entre los sacos terreros, me acerca una rosa y cuando voy a cogerla con mi mano, ella me la agarra con fuerza, me la besa por encima del guante y a gritos me dice.- Dobro, spañolo”.- de sus mejillas cae una lagrima, al fondo ese armario ropero rubio, que a la lejanía se cuadra y militarmente me saluda, con un gesto de agradecimiento en su movimiento de cabeza, por mi parte le devuelvo el saludo militarmente, posiblemente sea un adiós y suerte, tal vez nunca más vuelva a verlo, ni a él, ni a los críos, ni a su amada mujer.

Inicio el movimiento a la orden vía radio, me agacho hacia el interior del vehículo y ordeno de abrir las troneras laterales, al tano que entre dentro del vehículo y cierre la trampilla del conductor, hasta salir de esta ratonera, al madriles que cargue la 12/70 y se mantenga a la espera, vuelvo a sacar la gaita por la trampilla del jefe del vehículo, agazapado entre los sacos terreros y de forma que pueda ver el camino de salida, en este lugar los jefes de pelotón y de sección son las bajas que más puede sufrir una unidad en conflicto, ya que somos los que más andamos en descubierto, pero es nuestro trabajo es así y son riesgos que debemos de asumir conscientemente.

No creo en nada, hace demasiado tiempo que estoy aquí y esta situación me hizo de dejar de creer en lo divino, aun así, rezo lo poco que se y me pre signo, en espera de poder volver sin novedad y que este ángel de la guarda que nos protege, lo siga haciendo, por lo menos hasta la vuelta a base, mañana, tal vez sea otro día, estoy cansado y supongo que mi gente igual, pero no puedo demostrar este cansancio a la vista de mi gente.

El frio me recorre todos los huesos, el sudor que empapa mi cuerpo me hace de temblar desde los pelos de la cabeza hasta la punta de los dedos del pie, me pego lo más posible al motor del vehículo, el calor que desprende de los ventiladores al menos me calentara parte de la cara y de los dedos de las manos.

Estamos en movimiento, recorro el puente, a toda velocidad, espero que no surja ningún contratiempo, espero llegar a base con mi gente, mañana, espero ver de amanecer nuevamente, hace frio, un frio que me cala hasta los huesos, mañana será otro día en este puto infierno.

lunes, 10 de enero de 2011

capitulo 3º ( pagina XXXI)

Sigo aquí, al lado de esta humilde ventana, viendo gotear la poca lluvia que la noche deja en poyete exterior de la ventana, mi winston, mi wiski, mi fiel amigo junto a mis pies nuevamente, con los ojos entre abiertos y sobre todo ese dulce cuerpo de juventud que cubre las sabanas, el cual entre calada y calada, sorbos y suspiros sigo admirando, duerme tranquilamente, con sus pechos fuera de su escondite, hasta aquí llega el calor de los mismos, el contoneo de su figura entre las sabanas cada vez que se mueve, maravillosa vista de ese paisaje tan hermoso como es su juventud.

Sigo aquí, intento de escribir pero las miradas me empujan al lugar donde virginia se encuentra, aun sin pedirme nada a cambio, por mi parte no queda el contarle quien soy, cual es mi vida y la situación en la que me encuentro, eso fue anoche, antes de gozar los dos juntos, posiblemente yo mas que ella y si es así, calla, no dice nada y su cara es de placer, paz y tranquilidad junto a mi, cuando acabe de hablar, de contarle esa parte de mi que nadie sabe, me sello la boca con sus labios, me seco las mejillas y me hizo el amor, dichosa juventud, sin mas avaricia que la de ser feliz y vivir el momento, por mi parte talvez yo ya venga de vuelta de todo esto y sinceramente, me hace de pensar quien tuviera veinte años menos, vuelvo nuevamente la mirada hacia ella, con el cigarro en la izquierda, el codo sobre la mesa y la luz de este aparato, en la otra el vaso de dragados, qué lleno de vez en cuando, diviso de cintura para arriba toda su hermosura, sus caderas, sus pechos, su cabello y ese cuello de locura, su rostro y esos labios que envidian mas de una comida de boca, debo levantarme e intentar taparla, hace frió y no esta la noche para estar desnuda sin nada que te de calor.

Sigo aquí y no dejo de pensar, que has visto en mi?, que es lo que te atrae hasta mi lado?, si realmente ya no me queda nada por ofrecerte a ti y a ninguna otra?, pero precisamente a ti, princesa, supongo que el llevar el alma partida sin remisión a poder repararla y el corazón muerto por un amor que se lo llevo o lo robo de la forma mas cruel, me impide poder decirte te quiero, o al menos, eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, la única palabra de cariño es princesa, creo que pueda entenderme y creo que lo hace.

Sigo aquí, un whiski, un cigarro, mi buen camarada a mis pies, y la hermosa juventud arropada desnuda sin temor alguno en las sabanas de estas frías paredes que cierran mi refugio, donde muy pocos entran y donde ella a conseguido las llaves para entrar y salir cuando quiera, sigo aquí, un sorbo mas, otro winston y un te quiero sordo para mis adentros que solamente yo recojo, talvez algún día pueda pronunciártelo al oído, mirándote a la cara o talvez debas adivinar lo que siento, por no ser capaz de querer, amar y volver a sufrir el dolor de un amor asesinado nuevamente con maldad.

Sigo aquí, un sorbo mas, otra calada, la ojeada a ese cuerpo envuelto en juventud y belleza, para estar nuevamente con la mirada perdida en una pantalla, sin saber que anotar en ella y el ruido de las gotas de lluvia que rebotan en el poyete exterior de mi ventana.

domingo, 9 de enero de 2011

capitulo 3º (pagina XXX)

Sentado en este vehículo militar, después de dejar a la familia unida, mirando la foto de mi mujer e hija, me inunda una profunda tristeza, las ganas de estar junto a ellos y el no poder evitar pensar que si esto me sucediera perdería la vida por ellos.

son ya demasiados meses sin verlos, y demasiadas semanas sin saber nada de ellos, sé que me esperan, que desean volver a estar conmigo pero tengo un deber que cumplir, un juramento del que no puedo rehusar y tampoco quiero hacerlo, ahora mi familia esta aquí, son estos sinvergüenzas que aun a pesar de mi mala uva me acompañan donde yo diga y a la hora que sea, esta calaña de indeseables algunos para la sociedad y que la legión acogió con los brazos abiertos, este pelotón de castigo compuesto por lo más diverso de la sociedad en su plena juventud, comandado por un andaluz de estirpe bandolera y al cual la vida decidió de impulsarlo a este lugar donde ahora se encuentra.

Sigo mirando la imagen de mi mujer y mi hija, en esta fotografía plastificada por aquello de que el frio y la humedad no la corrompa más de lo que ya esta, la cual ha perdido hasta el color de la misma, y arrugada de las veces que ha sido sacada y guardada sin ver como se hacía por el tema del contratiempo que surgen en estos ambientes de conflicto.

no sé cuánto tiempo más queda para volver a casa y estar con ellos, de abrazar a la mujer que amo y hacerla el amor, sin mirar el tiempo, he perdido la noción del tiempo, solo espero despertarme un día mas y aguantar hasta la siguiente noche.

Olor a sangre en los tabiques de la nariz, olor a desencanto, a madera quemada y no de una chimenea con el calor de un hogar, olor a muerte y a tristeza, llantos de niños a lo lejos, que a la vez están demasiado cerca de mí como para hacerme el sordo, olores que día a día nunca se van y tal vez jamás se difuminen de esta mi nariz, tristeza en el ambiente que junto a este frio que hiela la sangre te hace mas desesperante la permanencia en este lugar, tanto es así que el desanimo entra en tu interior preguntándote que cojones haces aquí.

Siga sentado aquí, en este vehículo militar, frío, de color blanco, mirando el retrato de mi familia para que no se me olviden sus rostros, mirando a esa familia que acabo de unir, me embarga una tristeza de la que no sé cómo salir, si esto me pasara a mí, perdería la vida en el intento.

Frio gélido que inunda el alma, que desespera al más capacitado, necesito el calor de la familia pero no puedo demostrarlo, los que me acompañan están igual que yo, no puedo dejar que me vean tan turbado, porque posiblemente sería demasiado para ellos, el ser jefe no es fácil y el mandar hombres desamparados tampoco, solo nos tenemos a nosotros, pará darnos ese calor de hogar que no tenemos, para darles a algunos de ellos ese calor de hogar que nunca conocieron, soy su padre y madre y aun a pesar mide mi edad, ellos lo ven de esta forma.

Sigo sentado en este vehículo militar blanco, con el frio gélido en mis manos y rostro, con el frio gélido que no perdona en el alma, admirando y recordando a la mujer que amo y a la hija que aun no me conoce, solo puedo decirle al viento, que os amo, que os quiero a las dos y a ti amada mía, que te deseo, el olor a muerte y tristeza en el ambiente no sale de estos tabiques atrofiados de tan perenne olor a muerte y desencanto.

Ausencia

Aunque este no sea la continuación de estos mis escritos si deseo que sea una explicación a mi repentina ida, por circunstancias personales e intimas de las cuales espero comprendáis mi deseo de no hablar, tuve que abandonar este proyecto, al cual vuelvo, aun cansado física y mental, pará acabar estas palabras que en su día empecé con fuerza, posiblemente no estaré todo el tiempo que desee, peo procurare que sea el mayor posible.

A todos aquellos a los cuales hoy e acoplado sus comentarios y a los que han enviado la solicitud de integrarse en este blog pedirles disculpas por no hacerlo antes, a los que seguíais estas pobres palabras espero aceptéis mis más humildes escusas por este tiempo sin estar con vosotros y pediros mil perdones, los cuales espero que aceptéis.

Mis problemas personales me están causando gran dolor y un fuerte pesar que me han partido el poco corazón que me quedaba y la poca alma que aguantaba esta inmensa soledad, espero que sepáis entenderlo, un abrazo a todos y reitero mi perdón para cada uno de vosotros en estos momentos tensos y duros para mí.