Sigo aquí, al lado de esta humilde ventana, viendo gotear la poca lluvia que la noche deja en poyete exterior de la ventana, mi winston, mi wiski, mi fiel amigo junto a mis pies nuevamente, con los ojos entre abiertos y sobre todo ese dulce cuerpo de juventud que cubre las sabanas, el cual entre calada y calada, sorbos y suspiros sigo admirando, duerme tranquilamente, con sus pechos fuera de su escondite, hasta aquí llega el calor de los mismos, el contoneo de su figura entre las sabanas cada vez que se mueve, maravillosa vista de ese paisaje tan hermoso como es su juventud.
Sigo aquí, intento de escribir pero las miradas me empujan al lugar donde virginia se encuentra, aun sin pedirme nada a cambio, por mi parte no queda el contarle quien soy, cual es mi vida y la situación en la que me encuentro, eso fue anoche, antes de gozar los dos juntos, posiblemente yo mas que ella y si es así, calla, no dice nada y su cara es de placer, paz y tranquilidad junto a mi, cuando acabe de hablar, de contarle esa parte de mi que nadie sabe, me sello la boca con sus labios, me seco las mejillas y me hizo el amor, dichosa juventud, sin mas avaricia que la de ser feliz y vivir el momento, por mi parte talvez yo ya venga de vuelta de todo esto y sinceramente, me hace de pensar quien tuviera veinte años menos, vuelvo nuevamente la mirada hacia ella, con el cigarro en la izquierda, el codo sobre la mesa y la luz de este aparato, en la otra el vaso de dragados, qué lleno de vez en cuando, diviso de cintura para arriba toda su hermosura, sus caderas, sus pechos, su cabello y ese cuello de locura, su rostro y esos labios que envidian mas de una comida de boca, debo levantarme e intentar taparla, hace frió y no esta la noche para estar desnuda sin nada que te de calor.
Sigo aquí y no dejo de pensar, que has visto en mi?, que es lo que te atrae hasta mi lado?, si realmente ya no me queda nada por ofrecerte a ti y a ninguna otra?, pero precisamente a ti, princesa, supongo que el llevar el alma partida sin remisión a poder repararla y el corazón muerto por un amor que se lo llevo o lo robo de la forma mas cruel, me impide poder decirte te quiero, o al menos, eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, la única palabra de cariño es princesa, creo que pueda entenderme y creo que lo hace.
Sigo aquí, un whiski, un cigarro, mi buen camarada a mis pies, y la hermosa juventud arropada desnuda sin temor alguno en las sabanas de estas frías paredes que cierran mi refugio, donde muy pocos entran y donde ella a conseguido las llaves para entrar y salir cuando quiera, sigo aquí, un sorbo mas, otro winston y un te quiero sordo para mis adentros que solamente yo recojo, talvez algún día pueda pronunciártelo al oído, mirándote a la cara o talvez debas adivinar lo que siento, por no ser capaz de querer, amar y volver a sufrir el dolor de un amor asesinado nuevamente con maldad.
Sigo aquí, un sorbo mas, otra calada, la ojeada a ese cuerpo envuelto en juventud y belleza, para estar nuevamente con la mirada perdida en una pantalla, sin saber que anotar en ella y el ruido de las gotas de lluvia que rebotan en el poyete exterior de mi ventana.
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